Miles Make Champions
- axelbeci
- 14 dic 2020
- 4 Min. de lectura
Hoy no puedo entrenar. Silencio tenso. Me pegué ayer en bici una buena hostia, con hache. Lo otro es un pueblo que debió existir hace unos cuantos años en Italia, o por ahí. Al pie de la montaña. No sé si Marco vivió allí en una humilde morada, pero nada que ver tiene con una buena hostia bien dada. A ver (que no haber) si nos enteramos de una vez.
A lo que iba, ¿o era iva? que me pierdo en diatribas absurdas que nada tienen que ver con el tema que yo quería abordar. No puedo entrenar y eso me jode. Me molesta. Tengo el cuerpo magullado, la rodilla abierta, la cadera dolorida e hinchada, y el cambio de la bici como las putas maracas. Nada roto, al menos, un alivio (sobre todo en la bici, evidentemente). Todo el mundo sabe que los huesos sueldan, ¿o era soldan? Pero ah, el carbono. Tienen que ver mis ojos todavía un tubo de carbono que suelde, o solde, motu propio, así sin más. Por arte y acción de los carbonoblastos. El día que los tubos de carbono suelden, los frikis de las bicis viviremos mucho más tranquilos, nos podremos hostiar libremente, sin reparos ni remordimientos.
Buah, me he vuelto a desviar. Me enderezo. Decía que NO puedo entrenar y eso me jode. Afortunadamente, creo que no será cosa de muchos días. Policontusionado me dijeron en urgencias. Ale, a tu casa. Ibuprofeno cada 6 horas y a llorarle a tu madre. Y me jode, ahora sí, por fin, voy a abordar el tema que pretendía desde el principio, porque altera al menos durante unos días mi mantra fundamental del entrenamiento:
Miles Make Champions.
A ver, lo cierto es que no es mío. Nada es mío ni de nadie, y no pretendo robarlo. Leo bastante, algunas cosas se me quedan, otras las olvido al momento para hacer hueco a las nuevas. Generalmente se me suelen quedar más las chorradas, pero afortunadamente esta sí que se quedó por ahí, hace algún tiempo, resonando dentro de mi cabeza. Desde Lydiard, hasta Couzens, Chuckie V, pasando por Sutton, Olbrecht, no sé. El desarrollo del sistema aeróbico en el tiempo. La biogénesis mitocondrial, la angiogénesis capilar. El desarrollo de las enzimas oxidativas (perdón si cometo algún fallo aquí, soy un humilde lector, no pretendo investirme de gurú en este tema). En definitiva, la mejora de un sistema biológico (el cuerpo), en la capacidad de transportar y utilizar el oxígeno para ¿producir? o quizás sea más preciso decir, intercambiar, energía.
Miles make champions.
Y esto es así, no lo digo yo, lo dijeron ellos. Pero, la cosa, tiene truco. Es resbaladiza. Se tarda mucho mucho tiempo en mejorar el potencial aeróbico de un organismo. Mucho tiempo. No es cosa de días, semanas o meses. Es cosa de años. Seguramente, más que de años, sea cosa de décadas si se quiere llegar al máximo potencial. No hay secreto. Hay que entrenar, “mucho” durante mucho tiempo y de forma continuada. Ah, ese es el secreto. Menuda mierda de secreto. Eso lo sabe todo el mundo, right? O no. Creo, y esto es una opinión personal, que muchas veces no somos conscientes de lo que supone ENTRENAR. Yo esto lo he ido aprendiendo durante los últimos años, en gran parte porque he tenido la suerte de contar con la ayuda del que para mí es el mejor entrenador de triatlón de larga distancia que hay en España. Esto último no es una opinión personal (no creo que lo leas, no es peloteo, es admiración sincera. Pero si lo lees, Clemente, te lo digo una vez más: eres el puto amo).
Vuelvo al tema! Entrenar no es hacer uno o dos entrenos en los que lo das todo, y al tercer día no puedes con tu alma y te arrastras por la pista. No es hacer una semana de X^n horas para estar un mes después que no puedes con tu vida. O irte de stage a Torremolinos y hacer en 10 días 1500 TSS (por cierto, ¿qué medida de adaptación biológica es un TSS?). Tampoco es mirar patológicamente el Strava para buscar los FTP de los “pros” o comparar las potencias que mueven Sanders o Wurf en 20 minutos (why the fuck 20 minutos anyway?) e intentar emularlas. ¿Qué “tendrá que ver” metabólicamente un esfuerzo de 20 minutos con las demandas metabólicas de 180km en bici MÁS un maratón? Más bien poco, creo yo. Entrenar no es nada de eso, aunque puede que sea un poco de alguna de esas cosas. Entrenar, es estar día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, como la gota que cae del techo y hace un agujero en el suelo. Incesante, incansable, imperturbable. Y que te importe un puto carajo lo que estén haciendo o diciendo los demás.
Esto lo entendieron muy bien los primeros, los pioneros. Los que no tenían medidor de potencia, stravas, garmins, zwifts, stryds, vaporflais, instagrams ni ninguna de las polladas que nos ocupan (a mí el primero) irremediablemente el 99% de las horas productivas del día a día. Ellos entrenaban. Mucho. Y andaban. Mucho. Me atrevería a decir, que en término medio, hace 20 años el nivel era muy superior al que hay ahora. Había menos gente, pero la gente andaba más. Porque la gente que había, simplemente, se dedicaba a entrenar. Miles make champions. Hoy en día, hay tal cantidad de (des)información, que se ha perdido el sentido a la simplicidad del proceso de entrenamiento. “Keep at it. For a long time. And you will improve”
Voy acabando, que podría estar un buen rato más aburriendo al personal con mis paridas. Si me dejasen. Pero tengo que desayunar, que hay hambre ya.
Hace tiempo, alguien (guiño guiño), me dijo: “No te puedo asegurar nada, la biología no es una ciencia exacta. Pero casi siempre, alguien que entrena como tú entrenas, acaba andando mucho”.
Y en eso, hostia mediante, estamos. Entrenando.

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