top of page
Buscar

IRONMAN Kalmar 2022

  • axelbeci
  • 9 sept 2022
  • 6 Min. de lectura

Son las 6:55 de la mañana de un día cualquiera de agosto. Hace calor, llevas dos semanas sin apenas dormir porque al maldito termómetro no le da la gana de bajar de 35 grados, la nueva normalidad. Llevas ya un rato despierto, con la mirada perdida y los pensamientos difusos vagando en ese limbo entre el sueño y la vigilia, no puedes dormir pero tampoco estás despierto.


No estás en ese pontón de salida junto a casi 60 triatletas más, pero sientes los nervios, las dudas, las bromas y las risas nerviosas esperando que el speaker presente a los 15 mejores dorsales. Svensson, Nilsson, Svennigsson, Heemeryck, Loetze, Brownlee… saltan al agua de uno en uno, mientras esperas tu turno, impaciente. Sabes que ellos no son tu pelea, que hacen otro deporte, pero también sabes que coger una buena posición en la salida es crítico. La diferencia entre estar, o no. Entre conseguirlo, o ser relegado una vez más al olvido de lo irrelevante. Tú ya no temes al olvido, llevas viviendo en él mucho tiempo, pero quieres desafiarle una vez más, puede que por última vez. Es el riesgo que corres, cada vez, pero no te importa. Estás acostumbrado a la irrelevancia que acompaña al olvido.



(me quería poner al lado del campeón olímpico, pero no me dejaron :D)


El tiempo se detiene, no logras comprender cómo. Ese sol nórdico se refleja en el agua durante un instante, y súbitamente se desata el caos con esa explosión que llevas esperando tanto tiempo. Por momentos, no ves absolutamente nada, te sumerges en un torbellino frenético de brazos y el pánico se apodera de ti. Respira. Intentas seguir la estela de brazos y espuma, no quieres que el caos te deje atrás. A tu derecha, Degasperi. No le pierdas. Respira. Pero es tarde, se abre un hueco. Medio metro, un metro. Dos. Adiós.



(no es mal sitio para nadar rápido)


Piensas si te habrás quedado solo una vez más, miras a derecha e izquierda, esta vez no. Te pasan un par de triatletas más a los que no puedes seguir, los brazos bloqueados por la acidosis, pero pronto se forma un grupo entorno a ti con otros cuatro triatletas más. Por fin respiras. Y nadas.


---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


No sabía muy bien cómo enfocar la crónica de IM Kalmar, creo que desde que subí el blog no había hecho una carrera con la que hubiera acabado satisfecho, más allá del puesto, que corriendo en PRO siempre es mejorable, claro. Después de Vitoria pensé seriamente mandar a tomar por culo, sino el triatlón, al menos el Ironman. Demasiado entrenamiento para ningún tipo de resultado, demasiado tiempo remando en solitario sin llegar a la orilla. Yo sabía de antemano que competir en categoría PRO en Ironman era una bestia diferente, otro deporte que no tiene mucho que ver con el de los grupos de edad, y que podría perfectamente hacer carrera de mierda tras carrera de mierda, acabar hasta los huevos y dejarlo. Es un riesgo que asumí cuando tomé esa decisión hace tres años. Uno es persistente, pero llega un punto en que te planteas si realmente merece la pena. La motivación es finita cuando los resultados (entiéndase resultado como rendimiento personal, no un puesto determinado en una clasificación) no llegan. Aunque os entrenamientos vayan en la dirección correcta. Entrenamos para rendir en carrera, la motivación viene por eso, no hay más. No conozco a nadie que entrene por la motivación que le proporciona hacer 4 o 5 horas de rodillo en la zona de grasas entorno al primer umbral. Bueno, igual conozco a una persona, pero es un outlier mental :)


En Ironman en PRO, exceptuando ciertas carreras especiales como Lanzarote o Gales, si no nadas bien, o tienes una bici espectacular o estás jodido. No hay más. Es una carrera muy larga, dicen. Sí, igual lo es en pruebas de menos nivel, donde mucha gente acaba explotando por pasarse en bici. No aquí. Aquí la gente no explota (o explotan pocos) y cuando explotan siguen "corriendo bien". Así que, o tienes una bici que te permite cerrar o mantener, un hueco de 5-7 minutos con gente que va a +3,5w/kg como mínimo, en grupo ahorrando 30 vatios sobre su ritmo de carrera, o necesitas una carrera a pie "world class" de menos de 2h50 para adelantar posiciones en la segunda media maratón. El Ironman, como las distancias más cortas del triatlón, se decide en gran medida en momentos, en detalles.

El problema es que cuando pierdes mucho tiempo nadando es muy difícil no pasarse en bici, el ansia nos puede a todos, y aunque tu carrera a pie sea “buena", llegas a la T2 con las piernas más para irte a un spa directamente que para correr un maratón.


El sábado pasado en Kalmar yo tenía esto claro, no pasarme en bici para poder correr, pero las circunstancias de carrera provocaron que hiciese una primera mitad de bici bastante por encima de lo que tendría que haber hecho, con constantes cambios de ritmo y entradas en la zona roja glucolítica. Nunca había corrido un Ironman así, hasta el punto de que si me descuidaba en los avituallamientos y perdía la línea unos metros, tenía que pegarme una calentada a más de 400w para volver a entrar. Un puto suplicio. Y esto, dicho sea de paso, respetando la distancia en todo momento. Para entendernos, si no podemos quemar madera, quemamos queroseno, que aquí se va muy rápido. Así que pasé los primeros 90km entorno a 2h10 de carrera, iba totalmente fundido cuando llegamos al kilómetro 130, y me comieron los lobos en los últimos 40km cuando me solté del grupo en el que iba porque me estaban matando, así que en ese tramo me cayeron entre 5-10 minutos con la gente que iba por delante. En ese punto creo que llevaba unos 240 vatios medios, y en los últimos 30 kilómetros creo que hice una media de 190, con una fundida importante tanto de patas como de cabeza, dolor en la parte baja de espalda consecuencia directa de haberme pasado tres pueblos en bici, y calor. Que en Kalmar no suele hacer calor, pero ojo cuando hace calor. Resumen, 225w (insuficiente) y 4h34 de bici. 450g de HC y 300mg de cafeína divididos en dos bidones. Sinceramente, creo que puedo hacerlo mejor.



(hay que mejorar ese CdA)


Estaban así las cosas cuando llegué a la T2; fundido, calor, lumbares jodidas y pensando que la había liado por pasarme de flipado en la primera parte de la bici. Y pensando también que no volvía a correr un Ironman en mi p*** vida. Y todavía faltaba el maratón.


Si algo me ha enseñado el Ironman en estos últimos años, es que por jodido que vayas es posible darle la vuelta, aunque tú creas que no, o especialmente cuando tú piensas que no. Me vienen a la cabeza unas palabras que me dijeron un par de días antes: “confía en ti y p'alante”. Y eso hice. Me puse a correr sin pensar en nada más, y sorprendentemente no iba mal del todo. Creo que, si algo he mejorado estos últimos años, es mi capacidad para correr cansado. Esto, que a priori es algo bueno para correr un maratón de Ironman, te puede servir para auto enterrarte entrenando si al mix le añades un poquito de calor a más de 30 grados durante semanas, sobre todo por las noches, que se duerme y se recupera fenomenal.


Así que puse ritmo de crucero entorno a 4’05-4’10 el km, parando en todos los avituallamientos para echarme todo tipo de líquidos por encima para refrigerar y meter el máximo de HC posible (aquí no llevé la cuenta, pero calculo que cayeron 5-6 geles de cafeína y un vaso de Coca Cola/Red Bull/agua en cada avituallamiento).

Como momento cumbre del día, entrando en mi segunda vuelta me adelanta una tía de grupos de edad, y yo alucinando; a dónde va ésta. Me pongo a su par y hago una vuelta con ella corriendo en plan IronWar (pregunté antes si le importaba que corriese con ella). Hasta que me reventó y tuve que dejarla ir. Toma, por flipado, debió pensar (y bien merecido) :D


(aquí pensando lo flipado que soy por pensar que corro más que una chica de GGEE)


En resumen, 3h03 de maratón bastante estable, con algo de caída del ritmo en la segunda media, pero sin llegar a explotar en ningún momento, y los últimos 5 km “aputotope” con el único objetivo en mente de bajar de 3h y hacer al menos 8h39. Primer objetivo no conseguido y segundo al límite. La cabeza no me da en esos momentos ni para sumar 2+2, es alucinante cómo se reduce la capacidad de pensar, hasta el punto que en la última vuelta se me estaban haciendo tan largos los últimos kilómetros que llegué a plantearme si me había pasado el desvío a meta. Y esto es completamente imposible, se pasa justo por delante. Pero la cabeza da para lo que da, un pie delante del otro, y no te vayas a caer con los putos adoquines, porque no te levantas.

Sinceramente, aquí también, creo que podría haber corrido algo mejor de haber hecho una bici más estable. ¿Cuánto? Ni idea, habrá que esperar al próximo Ironman y ver si consigo tomar mejores decisiones en los momentos clave. O mejorar la bici 30 vatios y que no me haga falta :)


Ya me ha costado escribir la puta crónica, tres semanas a vueltas. Cada vez escribo peor. O me la suda más. Nos vemos en la siguiente!


No sé qué hostias te estaba contando Santi, siento la chapa!

 
 
 

Comments


Publicar: Blog2_Post

©2020 Axel Beci

bottom of page